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jueves, 22 de marzo de 2012

UN POEMA INSERTO EN CADA NOMBRE

javier payeras maurice echeverría, juan carlos lemus maya cuc choc carolina escobar sarti, claudia navas y alejandra flores alejandro marré alejandro Sandoval alexander socop alexis herrera alquijay alfonso huerta allan martínez alan mills álvaro sánchez ana lucía mendoza andré chocó andré gribble andrea grimaldi andrés asturias ángel elías ángel lópez santizo anna cosenza bernardo euler (lilo) byron quiñónez camilo v. rodríguez carlos gonzález carolina pineda césar moncrieff césar ramiro garcía chris kummerfeldt daisy cárdenas dana palacios darvin gonzález diego fernando ochoa diego josé xoyón diego silva eddy roma edgar gonzález edgar navarro edgar quisquinay edna sandoval eduardo juárez eduardo moreno el davilosky engler garcía eny roland hernández erick gonzález erick gramajo estuardo castro estuardo mendoza felipe bagurb fernando ortiz fernando quisquinay francisco nix francisco rodríguez frank pineda gabriel woltke gabriela navassi gabriela xon gerardo josé sandoval germán albornoz gustavo abril gustavo maldonado héctor cárdenas isabel de los ángeles ruano javier uclés jimena palencia jody garcía jonathan salazar jorge cabrera jorge letona jorge mario pérez jorge rodríguez josé gerardo muñoz josé joaquín lópez josé roberto leonardo josé wolff josué david romero juan carlos rodríguez juan diego asturias juan diego oquendo juan pablo barrios juan pablo mondragón juan pablo romero julio enrique pellecer julio prado karen girón katheleen rosas kathya archila kerin barahona leonel juracán leslye tánchez lester oliveros lourdes aguilar lucía de león lucía macip lucía ochoa figueroa lucía reinoso lucía silva luis alberto lópez luis arroyo luis calderón luis castillo luis de león díaz luis fernando alejos luis fernando pereira luis herrarte luis hurtarte luis méndez salinas luis villond luixs giromp marco valerio reyes mariano cantoral marilinda guerrero mario contreras mario morales mario santizo marlon azurdia marlon francisco martes (marlon santos) maru luarca mercedes asencio morena pérez joachin nancy morales nathalie szejner norma chamalé olga molina oswaldo j. hernández pablo bromo pablo hernández paola garcía aquino paula rebeca morales pedro martínez pep balcárcel rafael romero rebeca eunice vargas braghiroly Numa arriaza rebeca vargas renato buezo roberto díaz roberto wagner rocío marysol conde rodolfo gonzález galeotti rudy girón ruth vaides samara pellecer sergio espada silvia fortin súa agapé tania hernández tushte vanessa alcayaga vanessa ramos vania vargas víctor sales walter gonzález wendy garcía william ajanel wingston gonzález pablo bromo juan pablo dardón julio serrano rosa chavez regina josé galindo sandra monterroso julio hernandez cordón luz mendez de la vega y muchos muchos más...

martes, 14 de febrero de 2012

ALGUNAS HISTORIAS PARA HOY

1.       Un taxista me contó una anécdota de uno de sus compañeros. Dice que una mañana fue casi secuestrado por dos mareros, tatuados, violentos que no le pidieron más que una carrera. Pero la vuelta que tuvo que dar le llevó primero a dos locales a donde los extorsionistas no tardaron mucho, con sus 45mm en la mano, pues las victimas ya tenían el dinero listo. Luego se encaminaron a una tienda, donde sus dos pistolas cruzaron la reja para dejar dos victimas muertas sobre sus humildes almuerzos. Después de esto ¿qué podía hacer el? Su sorpresa fue que después de ir a dos lugares más le pagaron una suma que nunca se hubiera imaginado. Solo, conmovido y con el corazón de un hámster se fue a su casa a cenar con su mujer, celebrar la vida, en el día del cariño.
2.       Un gran talento. Tres o cuatro niños. Una mujer. Hambre. La fortuna a la distancia. El coraje para vivir mañana.
3.       Latinoamérica: es un cuerpo de mujer.
4.       Una línea larga de cocaína es el combustible. En Guatemala hay un joven sentenciado a muchos años de cárcel por matar a una niña de 8 años que era su sobrina y a una mujer de más de sesenta años, que era su abuela. Hoy todavía está a punto de perder la ternura.
5.       Una mujer termina oyendo una canción de Ricardo Arjona donde habla del final del amor, pero llora riendo.
6.       Dos en una cama ven pornografía como si vieran los Tres chiflados.
7.       En medio del baile, unos ojos como los que pintaba Alejandro Urrutia a sus mujeres, felicidad a medio camino entre euforia, al final, unos policías irrumpen de una forma ordenada y dan sus instrucciones de una forma inusual, son muy educados, tanto que vamos saliendo en orden y consternados. Una amiga me dice al oído que ha muerto Whitney Houston en un hotel en Beverly Hills.


8- Barney estaba muy ebrio. Eran ya las dos de la madrugada en una gasolinera de la zona 1. Droopy ya estaba dormido sobre unos periódicos que el mismo empezaba a pintar. Snoppy se sirve el último trago.
-          Y que vas a hacer cuando te olviden los niños – le pregunta al ebrio Barney.
-          Cuando mueran los niños, solo cuando mueran los niños y la nostalgia –responde de una forma incoherente.
-          ¿No le temes a la muerte? –pregunta Droopy, que acaba de despertar.
-          Todos nos reímos de la muerte por televisión, siempre vuelven a ver programas viejos las nuevas generaciones –respondió. 

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sábado, 11 de junio de 2011

MALOS CONSEJOS PARA ESCRITORES BUENOS

En primer lugar, no soy un sabelotodo: soy un sinvergüenza. Me gustan las malas palabras porque son las mejores para decir mucho con una sola expresión.
Uno de los escritores de los que más he aprendido en los últimos años es de William Faulkner: quien recomendaba vivir en un burdel. Las putas son las mejores cuentistas postmodernas. Faulkner además decía que lo que el escribía eran mentiras, pero que no era solo de escribir mentiras, sino de exagerarlas.
La fiesta es importante para un escritor. Uno de los mejores signos de que un escritor será excelente es su carisma atormentado por miles de botellas. Bukowsky siempre llevaba una a la mano, para la foto y para posar con mujeres bonitas. Graham Green es el que cuentan en sus memorias que tomó por todo un año sin descansar por el amor no correspondido, y lo que le quedo de eso fue una cabeza muy práctica y severa para razonar. Eso lo cuenta en sus memorias, así como el gusto por jugar a la ruleta rusa.
Estos son malos consejos para escritores buenos. Recuérdenlo.
Hay que pelearse con todo y contra todos. La única forma de poder escribir algo caliente, convulso y vivo, es que tenga esa rabia con la que lloran los recién nacidos ante el mundo.
Las cosas que el escritor escoge para vivir son esencialmente ordinarias y simples, lo que importa es la vida interior. Octavio Paz o Julio Cortazar vivían de una forma absolutamente austera.
En cuanto a pelearse contra todos, el mejor ejemplo es Hemingway quien cuenta en el admirable libro Paris era una Fiesta: que cuando llegaba alguno de sus amigos mientras el escribía, se levantaba y le zampaba un vergazo en la cara. Para que aprendiera a no joder. Pura mierda que le dicen, pero por eso logró escribir por lo menos algunas páginas memorables. En cuanto a los escritores guatemaltecos de este género es el famoso bolo Flores, quien no considera a ninguno que se le acerque: amigo. Quizás por eso pudo terminar una novela cuyo nombre es, paradójicamente: Los Compañeros.
Pero es cuestión de carisma, entre los escritores más solitarios esta el hermano Edie Poe, quien inventó bajo la anestesia etílica el género policiaco. La soledad no es soledad: es tiempo y Timing, el ritmo y la palabra es lo que llena todas las soledades del mundo. Si el joven, ese joven del futuro, al que alguna vez le escribió Sábato, logra aprovechar ese timing que flota, lograría escribir una o dos líneas que valgan la pena.
Rubén Darío también bebía. Era un genio.
En una entrevista que le hicieran a Gabriel García Márquez, dijo que no le importaba morirse de hambre por tal de escribir. Los suicidas abundan y es buen signo. Un escritor tiene una esquirla de hielo trabada en el corazón. Un escritor puede hacer lo que sea por escribir lo que quiere, el lenguaje, por la gran puta, el lenguaje es lo de menos, habrá que volver a los gruñidos, a las malas palabras, a los actos sexuales, la masturbación o simplemente escribir mierdas tan ridículas para colegialas mudas o para señoras sexagenarias que huelen a lavanda o trementina.
Otro de los malos consejos es tener la mayor ideología del mundo: uno mismo. El egoísmo es natural en un artista. El egoísmo no siempre tiene algo que ver con el talento. Pero si un escritor logra ser lo suficientemente egoísta para poder aislar su historia de toda la basura que circula en todos los medios, será maldecido con un don que se llama criterio: y que Hemingway llamaba un catalogador de mierda. El egoísmo no es una garantía de triunfo social. Pero si puede ser una puerta para el conocimiento de nuestras debilidades.
La mujer del escritor es otro tema: ha de ser bastante más lista que él. Prácticamente la novia del escritor termina escribiendo, por gusto, por compartir, por querer. Pero las mujeres pueden ser transitorias, pero la lectura de cada una no. Cada mujer que el escritor tiene es un libro que ha de leerse de abajo para arriba, de arriba para abajo sin omitir las erratas, sin omitir los errores ortográficos y topográficos, una mujer que se deje leer es lo que necesita un escritor.
Aca hago una salvedad para poner todo en contexto de género: será lo mismo para la mujer escritora. Hay, Ana Maria Rodas, Margaritas Carrera del mundo.
No me importa la historia. No me importa ningún premio. Pero esto ha de mantenerse. Un mal consejo es romper cheques de vez en cuando, escupirle al dinero, tratar de vivir como un santo haciendo las cosas al revés. Pero buscando. En la novela Rayuela de Julio Cortazar, la Maga le reclama a Horacio su constante búsqueda de no sé qué. El escritor es un laberinto, pero además es la salida. La única puerta es el trabajo.
Pese a todos los vicios, pese a todos los errores que el ser humano, en este caso el escritor o la escritora consiga en su vida de loco o loca, si pese a todo eso trabaja: ya tiene garantizado el camino a su destino. Un escritor no es escritor mientras camina por la calle, es escritor cuando esta escribiendo. Punto. Nada más.

Lester oliveros Ramírez
Café Condesa, Junio 2011
Antigua Guatemala,

miércoles, 25 de mayo de 2011

CÓMO CAZAR UN LEON


               
                Donde es un cazador, un vendedor, un poeta, se les conoce a leguas. ¿Por qué? Pues porque siempre sonríen con tranquilidad. Don Mincho es un cazador. Su rostro moreno, picado por alguna viruela tenaz, ojos prudentes y una conversación fluida y simpática, logran ese acento de cazador de búfalos transparentes que solo se encuentran detrás de la realidad. En este caso, nuestro cazador de animales extraordinarios es el vocero de la comunidad. Vive a la vuelta de la iglesia construida en mil quinientos algo y además es espiritista. Me contó de todo, como si hubiera sido amigo mío por años. Me contó que, a sus setenta años, había sido caricaturista, escritor, parrandero, católico esmerado y por último, me confesó en voz baja,  que también por un tiempo había participado en política. Me habló de su empeño por la vida y la locura de vivir haciendo lo que más le gustaba: ponerse a propósito tareas imposibles o exóticas para la mayoría. Como esa vez que subieron con un su amigo una planta eléctrica a gas para ponerle luces a la cruz del cerro, en un día especial. Cuenta de todo, como digo, y todo es poco para el tiempo que no se detiene.
Ahora su trabajo es solitario. Empieza a las nueve de la noche, por medio de un antiguo micrófono, como los de TGW, a vocear los anuncios más relevantes de ciudad vieja. “Mire usted, acá, hasta el Ministerio Público ha venido, los del Centro de Salud o el Ministerio de Salud… a buscar datos que yo doy desde este centro de operaciones”.
Don Mincho fuma. Me ofrece un cigarrillo y yo lo acepto de buena gana. Platicamos de lugares de Sacatepéquez, de las cataratas de Dueñas, el Ojo de Agua de las cercanías de Alotenango, de sus intuiciones. “Oigame, yo aunque no tenga reloj, ya sé cuando son las nueve, no sé... lo presiento, lo sé y me siento aquí a trabajar”, me dice al tiempo que me enseña muchos micrófonos antiguos que el mismo ha reparado. “La necesidad me ha vuelto inventor, usted”, me dice. Yo lo veo orgulloso, feliz, como aquellos cazadores que ven invisibles las cabezas de todos los animales peligrosos que han cazado, y el mira a su león, que es la vida, como Francis Macomber el personaje de Hemingway,  transparente y feroz como sus nostalgias y disparates. Su voz se oye en todo el valle anunciando cosas por las que nadie se preocupa hasta que pasan.

lunes, 21 de junio de 2010

RESEÑA CINEMATOGRAFICA


La carne es fuerte el espíritu es el débil.


Guicho Pineda

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Este fin de semana fue absolutamente inesperado. Sobrio. Trate de no salir y desde el sábado empecé a pintar cartón y quedo bonito; es una muestra de que me gustan los ojos y la mixtura de los colores, lo que transforma esas carátulas en catarsis breves de un espíritu completamente absorto en el arte de Kandinsky a Pablo Picasso, influenciado en Rothko a lo Pollock o Basquiat. Espera a una una amiga que esta entusiasmada con el proyecto, tanto así, que a las ocho de la mañana descargo una docena de cajas en mi cuarto con imágenes de televisiones para empezar todo al medio día. Pero no vino (o vino tarde). Yo cuando me siento sólo busco que comer, así que caí en casa de una amiga a preparar carne guisada con pollo frito. Ella hizo una ensalada formidable de papas con mayonesa y chile pimiento y cebolla picada. Fue maravilloso sentarme con una amiga hablando sobre todo de cosas sin relevancia y disfrutar una Fanta Naraja con hielo y comer pollo guisado con tortillas recalentadas en la parrilla de una vieja estufa con el horno atrofiado por el desuso. Compartimos unos nachos Doritos que alcanzaron hasta para el sobrino de mi amiga. Jugaba con la idea de tomarme una cerveza, pero algo me detenía, tal vez el aburrimiento de hacer lo mismo todos los fines de semana.


Pero el momento llego a eso de las ocho de la noche. Salimos a oír música. Al llegar al lugar, supimos que había un lugar VIP en el segundo nivel. Amigos de mi amiga convivían ya un poco ebrios y felices. No quiero dar nombres. Supongo que lo que importa es el movimiento de caderas de cuatro chicas con la última moda, bailando pegadas y provocadoras y yo comentándole todo a mi amiga. Bailaban tan bien con aquellos ritmos portorriqueños y del Bronx, que me distraía muchísimo pensando en lo bien que caen unas copas a eso de las diez. Pedí una cerveza. Luego me sirvieron un vaso cervecero que nunca se terminó. Nos dormimos a las tres de la mañana. Yo me quedé en el sillón tapado con un poncho de felpa que tenía dibujado un tigre de bengala.


A la mañana siguiente desperté movido por la mano de una niña despeinada que me anunciaba que ya eran las siete. A las ocho y media debía estar en Mi Lupita para desayunar con Mariano Cantoral. Así que llegué a mi casa a traer algo de dinero pero se había metido el perro y me había roto ochocientos quetzales. Debajo de la cama encontré al menos un billete anaranjado.


La mañana, como muchas mañanas de ahora, era húmeda y fría. Pase por la calzada Atanasio Tzul y me gusto ver el movimiento en la terminal. Hombres y mujeres iban y venían con piñas, verduras, carretas con mangos y cascaras de coco, niñas y niños corrían agarrados de sus padres vestidos de claveles y rosas amarillas y hojas largas y verdes tatuadas en sus ropas.


Por la tarde, luego de toda una fiesta en Mi Verapaz, escribí este pequeño texto:


-

(Te vi caer del cielo como un niño con alas blancas

eras el anuncio de la vida en otro mundo

ella estaba dormida y soñaba

soñaba y soñaba antes de llorar al despertar

como una ciudad donde sus calles son vueltas desiertos
rotas sus aceras, profanadas sus intimidades)

El parque central poblado de utilería y teatros

lleno de poetas muertos con sus cadáveres exquisitos

y la idea de que estamos compartiendo el nombre

de una cerveza que anuncia la mañana

fue en la capilla octavina

donde vimos ganar a Brasil a medio día

donde al amigo se le conto esa anécdota

la historia de un libro en manos de un editor

y brindamos por la generación pre-apocalíptica

que estaba ya haciendo dibujos en la orilla del mar


creímos que en aquella habitación llena de monstruos

la arena de la playa no iba a borrar nuestras palabras

pero en otro mundo como este esta sucediendo el milagro

de la muerte

sólo bastaba la espuma en los vasos y la playa que nos devolvió

el último minuto antes del anuncio que nos dejo sin saber nada

de este tiempo a oscuras donde los zapatos terminaban sin suela

jueves, 28 de mayo de 2009

RUIDO DE FONDO (SEMBLANZA Y RESEÑA AL LIBRO DE JAVIER PAYERAS)


Siempre recordaré a Javier Payeras en la entrega del libro de Julio Calvo. Salió de una fila de sillas, porque en realidad, para esa ocasión, nada en aquel salón del Fondo de Cultura Económica era ordinario, los expositores y el mismo autor estaban sentados del lado de los espectadores. Javier empezó un discurso muy fluido con un contenido denso y mundano sobre acontecimientos en la literatura guatemalteca. Me quedó esa imagen rondando, y aún cuando comíamos cangrejo y vino blanco, sabía que esa imagen era de esas que no iba a olvidar nunca porque no había entendido nada de lo que había dicho.
Me alejé un tiempo de todo lo literario, porque francamente creí que podía dejar de leer o escribir, pero no fue así. En ese tiempo me perdí de toda la producción literaria y tan sólo miraba a Maurice Echeverría bebiendo feliz en la misma tiendita de la zona 10 donde yo me emborrachaba todos los fines de semana. Esa vez que vi a Maurice aún llevaba el pelo largo y, no se imaginaba que interpretaría el papel del bueno en una película precisamente sobre la casa de enfrente de donde algunos nos bebíamos los noventas. El libro que acababa de presentar era Encierro y divagación en tres espacios y un anexo, y creo que fue el único que intente leer antes que Maurice se fuera con su amigo a Queens, con la única copia que llevaba.
Hace un año que empecé a leer literatura guatemalteca en serio. No la leía porque estaba metido en la búsqueda de un tema, entre Hemingway y Vargas Llosa, que por alguna razón se me habían presentado como una posibilidad para interpretar todo lo que había visto en un viaje largo por Guatemala. Mis amigos me hablaban de Luís Lión, de Mario Payeras, de Quiroa, de Enrique Noriega, Dante Liano, y hasta mi antigua novia sabía quién era Isabelita de los Ángeles Ruano. Conocía a Julio Calvo y a Simón Pedroza desde los primeros años de los noventas, pero sólo hablábamos, la mayor parte del tiempo, de música (por eso estaba en esa presentación de Julio, porque era mi amigo y porque había leído el germen de ese libro y me daba gusto que se lo publicaran). Había leído a muy pocos autores jóvenes, tengo que admitirlo.
Hoy terminé de leer Ruido de Fondo. Tengo que confesar que el primer capítulo no me conmovió tanto como el final. Al final yo estaba tratando de reírme y tratando de no llorar al mismo tiempo. Es vertiginoso, es una obra grande que anuncia un testimonio de una vida multiplicada. Ruido de Fondo es triste y alegre. Es fragmentario como un cuadro de Picasso; no está, ni parece, una obra acabada. Podría ser al mismo tiempo un catálogo de monstruos mesurados, un poema sobre la juventud de la post-guerra, un canto de catarsis del mismo Javier Payeras, secuencias de la película de su vida, sombras inexactas y lineales. La música de este libro es irreverente, pero no por lo que se cree, es irreverente porque el argot de la oscuridad es la barbarie desmesurada.
Javier Payeras es un tipo sonriente, siempre que lo he saludado esta sonriendo por algo incierto, algo de lo que no me entero, algo íntimo que lo hace un tipo carismático; pero al terminar de leer su libro, pensé, traté de imaginar el dolor secreto y la celebración espiritual que lo acompañaron hasta la última palabra, y que lo debieron agotar, como después de un gran orgasmo, con esa otra mujer que ama, que es la furtiva ciudad de Guatemala.

28/05/09

jueves, 7 de mayo de 2009

TE PROMETO ANARQUIA (PUBLICACION)


El Legendario Blog Te Prometo Anarquia, me ha cedido un espacio a la Prosa Recortada y a unos textos Realistas. Gracias al maestro Romero Aquí estan.

Fotografía de Kurt Zierlein en Panajachel 2009, junto a mi Pequeña Malabarista entre la vida y la muerte.

La autoridad de la barbarie

Me ha parado la policía: ¿Documento de identificación? No lo traigo, respondo. (Los dos oficiales muy serios), uno de ellos alza un cuader...