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martes, 17 de abril de 2012

EL FANTASMA DE LA LIBERTAD



Et je t'ai trahie pour

Une prison d'amour
Et sa belle geôlière
Georges Moustaki, Ma liberté



Trataba de no molestarse consigo mismo. Estaba tratando de aprenderse esa oración del Padre Nuestro en francés:
Notre père,
qui es aux cieux,
que ton nom soit sanctifié,
que ton règne arrive,
que ta volonté soit faite sur la terre comme au ciel,
donne nous aujourd'hui notre pain de ce jour,
pardonne nous nos offenses,
comme nous pardonnons aussi à ceux qui nous ont offensé,
et ne nous soumets pas à la tentation,
mais délivre nous du mal,
amen
Su pronunciación era difícil. Pensó en poner algún canal de la televisión. El momento era preciso. Tranquilidad, armonía, y soledad para poder disfrutar de esa cinta. Empezaba con una pintura muy famosa de Goya, Los fusilamientos del tres de mayo. Luego, inmediatamente notó que la película era una disposición de varios cuentos con un hilo conductor y donde la cámara de una forma arbitraria, o le pareció mejor pensar en la palabra “caprichoza”, podía pasar de uno a otro escenario en busca de una inagotable imagen del deseo. 
La película de un cineasta español, amigo de Dalí y de García Lorca, era de una severa connotación liberal, surrealista y poética. Entonces fue, cuando pudo ver esa imagen del prefecto de la policía que mira a su hermana desnuda tocando el piano, así como también los animales en el zoológico, mientras una multitud entra gritando consignas mientras se oyen los disparos y termina en el lente insaciable y fijo del director, la más inverosímil imagen de una avestruz.
Cansado de todo, no se durmió. 

*Le fantôme de la liberté, de Luis Buñuel 1974 

jueves, 12 de abril de 2012

Te quiero...


                No había querido escribir sobre esto pero tengo, por fin, algo que decir.  Este año empezó con un impulso positivista. Es importante notar las campañas publicitarias que hablan de un cambio. Era inevitable que las agencias de publicidad no retomaran los conceptos Mayas para aplicarlos de una manera hacker a sus proyectos de marca. Por eso vemos la imagen de un Ricardo Arjona, tirándose al lago de Atitlán en un instante de patriotismo recuperado.  Bueno, ya se ha dicho demasiado sobre esa campaña;  en la mayoría hay desconcierto, pero Guatemala siempre ha sido el submundo de los rumores. Otra de esas postales para el recuerdo es La Subida por la Vida, a la que llegamos todos al cráter con el sentimiento de haber estado juntos en algún happening de un artista conceptual. Fue por lo menos, dar el primer paso para emprender el camino plural de vernos y reconocernos entre todos; lo interesante es que la mayoría son niños de la generación Y y Z, que por razones de inconsciencia, desconocen el trasfondo histórico de ser guatemaltecos.  Es decir, los papas de todos nosotros, esas gente que no le hablan a uno de la guerra civil en Guatemala y de los guerrilleros en las montañas, las que vivieron esa época están mucho más desencantadas que los escritores de la generación X, y ven todo esto como una convulsión más de ese niño agonizante.
Ahora, luego de toda esa historia de discriminación, ignorancia por nuestros antepasados, nos parece bien volver a leer un libro fundamental como el Popol Vuh, buscar nuestros nahuales, saber la fecha en el calendario Maya y salir a la calle a buscar un banco para pagar 50 quetzales para convivir, según dice el anuncio, con una familia con problemas de desnutrición. Lo vi en una red social, me lo comentó algún familiar y tuve que informarme un poco más pues a estas convulsiones sociales, hay que buscarles por lo menos su lado bueno, una arista de buena voluntad. En primer lugar veo que está convocando alguien que siempre ha estado del lado de la cultura, Emilio Méndez.  Ha sido un tipo innovador y recuerdo que por allá por el 2002, para un partido del mundial, lo vi en Siete Caldos en la zona 10 y me pareció interesante que supiera muy bien de literatura universal.  Por otro lado,  de nuevo las generaciones más jóvenes se alistan, que por ser las más entusiastas y con el tiempo libre ilimitado, podrán por lo menos darse cuenta del grado de abandono en el que esta la gran mayoría de la población (que no es sólo de Guatemala, sino de toda Latinoamérica).
Los puntos críticos que veo son que estos muchachos, que en su gran mayoría llegan a estas comunidades sin haber estado antes en una situación parecida y quizás con mucha voluntad pero con una idea equivocada de lo que verán, no sabrán cómo brindar apoyo moral a estas familias y quizás todo terminará con niñas y niños asustados ante la degradación y marginalidad de personas con hambre.
Y el punto es que hasta hace poco los encargados de esta propuesta han dado ya la información completa y uno de los requerimientos es de que no lleven comida. Yo imaginaba que estos muchachos iban a ir con algo en las manos para las familias en las que estarán alojados. Me imagino, pensando todo con buena fe, que los organizadores piensan que en estas condiciones los participantes en este espantoso viaje turístico tendrán más oportunidad para ver en acción la escases y la locura.
Para terminar, hoy en el bus, un bus en el que como siempre se ven crucifijos colgando del Windshield, fotos de Selena o un puño de espejos y banderas, había una palabra escrita en el vidrio polarizado, una palabra que pudo ser escrita por el más perdido de los enamorados, pues se miraba la violencia con la que fue escrita, pero pudo ser una mujer además, un ser humano que lo único que quería era escribir  “Te quiero”, creo que es una palabra que habrá que escribir en la tierra, aún con tanta contradicción.

Guatemala 12/4/2012
Léster Oliveros. 
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lunes, 9 de abril de 2012

NIMAJUYU SEGUNDA PARTE (EL SUICIDA)

Así lo creí. Salí de ese hotel a las tres de la tarde y lo único que quería en ese momento era una cerveza fría. Tomé uno de esos buses a los que uno les muestra una tarjeta y pensaba en una frase que me martillaba el cráneo, una sola frase para empezar un cuento "detrás de los senos hay un corazón". Dudaba como un ateo en plena marcha. Hasta que llegué a esa calle llena de fiesta al principio de la colonia Venezuela. Llamé por teléfono a un amigo pintor, de quien Juan Juárez tuviera a bien hacerle una crítica de arte. En fin, lo único que haría éste hermano sería dibujar un comic para una presentación de un cuento escrito por mi, en la Alianza Francesa. Pero no estaba. Llegué a la esquina sin ganas de ir a casa y con una ansiedad por un trago.
De pronto pasó un antiguo camarada de la universidad. Iba con una sombra de duda, pero no como un ateo sino como un creyente de Satanás. Lo saludé primero. Me recordaba vagamente; con una sonrisa estúpida me preguntó que a donde iba y no dudé en invitarlo a una cerveza. Parecía un soldado, un soldado arrepentido de la vida. Me confesó, luego de hablarme de algunos recuerdos de la universidad, que tenía por lo menos unas horas de haber terminado una relación con su novia. Parecía, repito, un pobre diablo. Bebía con lentitud, con el semblante fantasmal de los condenados a la muerte. Su sentencia, esa culpa, quizás yo también la conocía y se me volvían algunos recuerdos molestos de esa condición de esclavo de un sentimiento. Así que empecé por contar chistes. Se reía sin mucha emoción. 
Hasta que se quedó serio y me dijo que se quería matar, que hacía unas horas había salido de su casa con un frasco de veneno para matarse de una vez por todas. Me enseñó el frasquito, uno como de muestra de perfume. Le pareció que no le creía y lo empezó a abrir. El frasco, como una botella de Coca-Cola, expulsó a presión la mitad del contenido.
Entonces todo el líquido cayó en sus manos. No lo vi decidido entonces, sino atemorizado, se salió del bar y entonces pude darme cuenta que llovía. Regresó rápidamente, con las manos lavadas en los charcos posibles de la calle. Su comportamiento era el de un desequilibrado mental. Entonces me di cuenta de su estado. Estaba loco.
Al terminar los vasos de cerveza. Nos encaminamos a los módulos de Nimajuyu. Me despedí sonriente. El me dio las gracias por alguna posible muestra de amistad de mi parte y quizás una leve advertencia que le diera sobre el suicidio.
La noche era húmeda. Dejaba de llover lentamente. Un árbol de jacaranda dejaba caer uno a uno sus copos morados. Me fui a casa pensando en que aún le quedaba la mitad del frasco, y que nunca me dijo que era realmente lo que contenía.
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lunes, 2 de abril de 2012

RUE FLEURUS

Entonces la tomé de la mano y la pasé la calle como si fuera una niña. Una niña mala. Me iba comiendo un pan con mantequilla. Ella retomó su forma de amar a plena calle tocándome de nuevo. Saboreé el sol como si le diera una mordida. El rojo es un color que endulzaba su boca. De una fecha a otra puedo ir. Moverme a un hotel en plena ciudad, rodeado de ladrones y drogadictos, en medio de la noche. Saboreé su vagina y su ano con plena conciencia que ahí empezaba el mundo. Luego pude fumar uno o dos cigarros y retroceder en el tiempo hasta una chamusca en plena calle en la zona cinco cuando soñaba con crecer y ser alguien, quizás solo quería ser grande.
- Y que quiere ser éste niño cuando sea grande -preguntó mi padre.
- Dice que lo único que quiere, es ser viejito -respondió mi madre, conteniendo la risa.

Regresando en el tiempo, hubo una noche que soñé que estaba sentado con un periódico en la mano, en una grada de la Rue Fleurus, cerca, muy cerca podía oler el pan y las palabras de una pareja haciendo el amor mentalmente a las orillas del Sena.

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miércoles, 28 de marzo de 2012

LA ESTRELLA

Escena I

La misma sangre mutando. Espesa. Jugando a ser color o forma. La misma luz. Espesa. Bromista entornado, ambidiestro y maternal, mujer. Espesa como una coartada de asesino, voluble como un sueño chino. Me gusta su sonrisa que es de gato. Me gusta la mirada huraña y sus manos de codorniz. Somos uno. Como animales andróginos y dioses ambiguos, van caminando. El sonido de los tacones sobre asfalto negro, el grito del terror bajando con la madrugada. Hoy seré los pasos en las huellas, la lengua en las palabras, los besos en las esquinas, la oscuridad sin nostalgia, la pureza sin santidad, las mordidas en los perros, los martes en los jueves, el espejo. Porque ocultarlo. Caminare desnudo por una ciudad sin nombres, veré a diestra y a siniestra la envidia de mi libertad. Sonare a quimera. Seré una esfinge que se divierte jugando con enigmas. Cual es el animal que de noche no encuentra sosiego. Cual es el animal que de día camina en dos, a medio día en tres, y por la noche en cuatro patas. Me parece que he mirado muy lejos. Estamos en la escena en la que el o ella, ella o el se despinta el maquillaje y le sonríe a la cámara como si estuviera a punto de terminar con una catarsis eyaculatoria.


Escena II

Siempre fui amigo de las putas. Almodóvar habla con ella. Chicles pegados, masticados y sin sabor, esos somos. Somos como las bolsas de las bolitas filler`s después de una fiesta, somos los vasos vacíos, somos las servilletas sucias, somos los rollos de papel toilette usados, somos los cigarros hechos ceniza, los culos de las botellas, las chencas quemadas, aplastadas contra el cristal, los litros vacíos, las sillas sin respaldo, las mesas desniveladas y con chicles pegados. Luego quedan las imágenes en las películas, las salas desiertas y los transeúntes sin mostrar el rostro maldito. Las chaquetas negras, los calcetines sucios, los retrovisores, los windshield rotos en estrella como telaraña tejida por la noche de tragos y las apuestas después de la transformación. Un mundo asexuado deviene. Evolución sexual y gustos bizarros. Condena de locos y dementes. Cuerpos tatuados con equinoccios pasados. El hombre rumiando sus perversiones más de cuatro mil años después. Sólo el placer es permitido. Los cargos de conciencia y la pena suceden en periodos de la historia cuando ha terminado la decadencia. Tacones lejanos. Buena película supongo, y un poco de glamour indecente. Estética amatoria de fin siglo y comienzo de nuevas manifestaciones. Mademoiselles de Avignon, en mil novecientos siete, chien andaluz, y todas las ingenuidades sabias de picasso y Luis BuñuelDalì sigue pintando burros y penes cortados, pequeños cuadros informes que se destacan en el siglo por su arrogancia mística. Estamos a punto de ver la escena en la que es cortado un ojo. Volver. Luego de todo, la belleza, has tocado la belleza. Cuando el amor es puro no importa el sexo sino el disfraz, el maquillaje, la duración de los matices, la sutileza de la violencia, el sabor y el olor de las cortinas y las sábanas. Átame. Hay que volver y victimizar a un público. Hay que sodomizarlo y volverlo en nuestra contra para luego olvidarlo. Sólo es un monstruo ambivalente que juega a perdernos y a soltarnos aplausos y una tierna y breve risa.

Léster Oliveros
2010

lunes, 26 de marzo de 2012

NIMAJUYU PRIMERA PARTE

Venimos a nimajuyu en el año de 1999. En la radio sonaba Linking Park y Blink 192 y otros grupos post alternativos. Yo empezaba a militar en las aulas de la Facultad de Humanidades. Empezaba a redactar unos cuentos malos, lentos en una clave garciamarquiana que luego envié deliberadamente a la editorial cultura. Por ese tiempo no me daba cuenta de lo realmente actual. Si notaba el juego surrealista de ver esos edificios en los que todos los apartamentos son a escala y forma parecida, y ninguno, cuando llega por primera vez encuentra una dirección. Regresaba de la zona diez en taxis que luego dejaba esperando el pago. Noviazgos tontos. Resacas espantosas. Luego el año 2000 irrumpió. Ya era amigo del Piraña, el Zope, el Tono y algunas firmitas infaltables en esa fiesta clandestina que se volvía nimajuyu de noche. Luego fue la muerte de mi hermana. Una madrugada de un sábado que yo no quise salir, llamaron a casa. Era mi hermana. Lejos estaba yo de saber que sería su última llamada. Le pregunté qué dónde andaba. Siempre he pensado que de ser clarividente le habría comunicado a mi mamá, que dormía su último sueño en paz a esas horas de la noche. Luego por la mañana sonó de nuevo el teléfono y la noticia era vaga, accidente, hospital, nada más vengan. Yo me enojé. Por alguna razón no me preocupé más de lo que debía preocuparte ante esa noticia. Mi madre ya sabía o por lo menos intuía que algo grave acababa de pasar.  Nimajuyu para mi es eso y también un lugar en donde uno puede divertirse viendo pasar el tiempo fuera, en la periferia, hundido en un estado de inalterable impasibilidad. No hay futuro entre esos edificios. La gente que empezó por comprar un apartamento terminó vendiéndolo.  Los asentamientos han cercado con violencia. Se oyen descargas de escuadra todas las noches. Un amigo murió por una equivocación en esas callejuelas. La historia urbana de Guatemala no ha significado oportunidades para los de abajo. Nimajuyu, según sé fue un proyecto en conjunto con el BAMVI y un grupo de arquitectos israelitas. En un principio era una iniciativa ejemplar en medio de todo ese oportunismo que se volvieron las bienes raíces.  Hoy, luego de algunos meses, años y temporadas de crecimiento espiritual, veo esos edificios que vuelven a pintar hombres enviados por la municipalidad, creo que la utopía ha vuelto a ser una grandiosa distopía.  En mil novecientos noventa y tres, luego de un viaje en avioneta a Tikal, pude ver plenamente el esquema de la ciudad de Guatemala, entramos precisamente a una altura suficiente para poder ver el relieve que se forma en esa zona, los edificios allá abajo parecían legos gigantes, ahora la polución, la violencia y los años, la han vuelto más real.
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martes, 20 de marzo de 2012

UN CUENTO PUBLICADO EN MARTESADAS/ TETRAHIDROCANABINOL/LSD

TETRAHIDROCANABINOL/LSD
(Por Lester Oliveros)


Pero hay demasiados presos pidiendo lo mismo, muñeco y
Dios mantiene la línea ocupada.

Julio Prado, La joya II

Cuando fui al concierto de Héroes del Silencio (allá por el año 96), llevaba puesta una playera que yo mismo había hecho con Carol Wojtyla de cabeza; como unos años antes habían fotografiado a Sinead O´connor.

El Papa no pudo ver muy bien el concierto: unos días antes, había llovido y la playera, después del mosh, quedo completamente llena de lodo.

A ese concierto entre gratis, porque con un grupo de jonkis trepamos una pared y no nos importó, para nada, que hubiera guardias de seguridad dándole toque eléctricos a los anarquistas. La Sirena Varada sonaba desde el Walkman que llevaba escondido y mi puro de mota, calada tras calada, iba relajándome, volviéndome a las alucinaciones de la amistad, hasta que me sentí preparado para resistir la avalancha de música. Uno de mis amigos llevaba un habanoMonte Cristo, para fumarlo con esa canción de la Chispa Adecuada.

Bajo el efecto del cannabis las primeras canciones de Bohemia Suburbana las canté en un estado de levitación. Una amiga que había descrito a Herman Hesse como nuestro hermano lobo, me dio unos besos profundos, sentados en el graderío de la Plaza de Toros. Fue momentos antes de que entrara Bumbury con toda la fama y su estilo. Miraba los colores saboreando el fino silencio imperceptible de la noche. El flashback de la película de Doors me llego por un segundo, pero fue más bien la imagen de Jim Morrison, y de pronto, me sentí fuera de mí, y es difícil de explicar como se siente estar uno en ningún lado. Pude dominar mi miedo mientras enviaba mi cuerpo contra otros en elslamming poderoso de golpear y ser golpeado bajo la magia pura de las descargas de rock ibérico y los indios americanos soplando el fuego de la fogata donde danzábamos.

El lodazal que armamos, lo presentí luego de dos horas, mientras mis amigos me daban agua pura para que me pasara el trance.

- No puede ser, un puro de mary Jane, no es tan potente.
- La fusión musical, el flow de las guitarras eléctricas lo predispusieron para la descarga de adrenalina –dijo alguien que lograba oír desde un lugar, aún remoto a mi.
- La James Adiction es impresionante, a veces llega revuelta con afgana y el tetrahidrocanabinol llega a los receptores más vulnerables de cerebelo.

Esas frases de curiosos me parecieron que venían de alguna película y, luego, según los médicos, perdí el conocimiento.
La ladrona de besos que además leía como yo El Lobo Estepario, me confesó, una semana después, que me dio un beso con LSD.

martes, 6 de marzo de 2012

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ AL FINAL DE ESTE TEXTO SOBRE CINE

Tenía ya unos ocho años de no entrar a ningún centro comercial. No había vivido aún esa extraña sensación de llegar hasta una taquilla y pagar un ticket para alguna película moderna. En todo ese tiempo lo que hice fue leer, leer y releer, escribir, escribir y reescribir. Ver películas clásicas, ver películas europeas, japonesas, francesas y españolas con una devoción de niño. Pero ahora estaba sorprendido de pagar una entrada para ver una película en algún centro comercial y enterarme de pronto que podía hasta elegir donde quería sentarme con soberana libertad. Era un nuevo poder hermoso. Una aventura esa de llegar a un punto en el que ya me sentía como un viejo prematuro con cara debutante. Pero así es. Incluso cuando mi amiga me hizo considerar que podíamos ver la película en 3D, yo pensé que era una mala idea. Eso es un signo de la falta de sociabilidad. Desarraigo y quizás no es tan importante estar hasta el borde de la modernidad tecnológica en esos perversos ambientes donde se incuba el consumismo, pero en realidad tengo que sacar la cabeza de la tierra un poco.
Por otro lado, al comienzo de la película compramos unos vasos gigantescos de soda. Estoy seguro que de ver una película semanal en esas salas uno moriría de obesidad o tendría serias repercusiones cardiacas. A mi que me gusta imaginar, me puse a pensar que en esa sala, en la cual se presentaba ahora unos gigantescos engranajes de una relojería para gigantes, que es el comienzo de Hugo Cabret ( la última y maravillosa película de Martin Escorsese), podía ser aquello un intento de armonía social, una sala de una casa neutral en la que se reúne la gente para ver películas juntos como si jugaran a ser una gran familia. La película empezó de pronto entre frases de Thelma, que nunca para de bromear, y yo, que también comento a cada rato las circunstancias que pareciera que las digo como si fueran pensamientos necesarios para la humanidad; y Thelma que es tan inteligente las resuelve con una risa que me complica la vida. 
Pero mientras transcurría la película encontré que originalmente habíamos pensado en ver juntos una película que se titula El Artista pero que había sido presentada al medio día, como premio de consolación mirábamos ahora una parecida en donde el nombre de Georges Méliès resurgía después de años de brillante vuelo de todos los carretes de cinta en Hollywood. Precisamente Clint Eastwood y Escorsese habían empezado hace unos años atrás el extraño gusto por remasterizar muchas películas de antaño. Es casi seguro que esa nostalgia replicada en esta película, fuera producto de los grandes cambios, la crisis económica y la globalización de la apatía en el mundo del cine.  Sin embargo los soñadores siempre sobreviven.
Una de las maravillas de esta película en particular es su capacidad de recrear en el presente escenas de películas del pasado. El pasado de Melie se vuelve el presente de Hugo Cabret, y el ahora de nosotros sentados en medio de las proyecciones. Una palabra que siempre me gustó fue “holográfico”, es extraño el deja vu que tuve ante esa película. Thelma dijo: "allí estuve yo miren, bajo la torre Eiffel", como uno siempre piensa, esto ya lo viví, preferí no decir nada. Ambos, Méliès y Harold Lloyd, son replicados en la película.
Hace unos años, y lo cito hoy por ser el día que vino al mundo este brillante ser humano, leí uno de sus escritos sobre cine, hablaba de que la primera vez que la gente de Macondo vio, en esos patios raquíticos la proyección de actores, se emocionaron mucho, lo que no comprendían y le parecía obra del demonio, era que los que morían en una película anterior, resucitaran en la otra con nuevos nombres y nuevas vidas. Eso es el cine, una versión efímera del mundo en que vivimos. 
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Foto: eternitephemere.blogspot.com
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viernes, 2 de marzo de 2012

PARÁBOLA DE LA VIRGEN DEL MAR

Parábola de la Mujer-Joven-del Mar[i]
Justicia dicen y no saben qué es, dijo ella parada frente al Congreso de la Republica.Su blusa de pájaros y flores se transfiguró, sus rodillas se juntaron y se quedó sin sexo. Su larga falda de caballitos y figuras geométricas que transportaban la luz, quedó en el suelo. Sus pies se unieron y formaron una larga cola de pez. Su cinto de hojas verdes y venados, de árboles y frutas, también resultó junto a la banqueta. Sus manos se volvieron aletas y de su boca salió un canto, que hizo que todos esos señores dejaran sus curules bajo el fuego del medio día y se hicieran a la mar. 



[i] Meerjungfrau es sirena en alemán, pero se divide en palabras compuestas, (meer: mar), (jung: joven), (frau: mujer). 

lunes, 27 de febrero de 2012

Algunos milagros que me sucedieron con Wendy
“…morir debe ser una gran aventura”
Peter Pan

Bueno, no es extraño para algunos reconocer en el nombre de Wendy el nombre de la magia. Su nombre da vida a un personaje en la historia de Peter Pan la narración de J. M. Barrie. Supuestamente dicen por ahí que es el diminutivo de Gwendolyn, y que su nombre significa la amiga verdadera.  J.M. Barrie fue una persona bastante inusual, alguno de sus biógrafos cuenta esta anécdota, que supongo dio vida al personaje de Wendy para su historia:

“Su buena disposición para con el mundo infantil, le granjeó muchas amistades, una de ellas, significativa por lo que representa en literatura, fue la que estableció con la niñita de 4 años Margaret, una criatura angelical que llamaba a Barrie mi “friendy” puesto que le era difícil pronuncias correctamente “friendly” y habitualmente sonaba como “fwendy” o “wendy”; esta muchachita falleció a los seis años.”

Así de sorprendente es esto, como una cadena de milagros:
1.     Una tarde mientras hablábamos con Wendy de cualquier cosa, contra la puerta (lo recuerdo bien), de una tienda en la que vivían unas mujeres indígenas que tenían una tienda, cuando de pronto, al decir los dos una misma palabra a la vez, sentimos un impulso poderoso y eléctrico que nos dejó asustados, pues hasta oímos el sonido de una pequeña chispa entre nosotros que nos separó del susto.  Juramos no contarlo nunca.
2.     Wendy miraba luces. De vez en cuando me decía que me miraba iluminado. Luego, en una conferencia que dio Jorge Luis Borges para alguna universidad argentina, el dijo que el color que menos ve un ciego, es el negro; su mundo estaba matizado por el verde, el rojo y el amarillo. A veces no podía dormir por ver tantos colores.
3.     Íbamos mucho a Panajachel. Yo por un eterno romance con el lago y su intensa armonía, y ella por acompañarme en esa búsqueda terminó por gustarle tanto como a mí, pero siempre hacíamos amigos nuevos que se volvían amigos de un instante luego desaparecían para siempre. Una tarde para un concierto de rock nos dejaron entrar sin pagar, bueno, creo que siempre entrabamos a cualquier lugar donde nos gustara. Esa noche una norteamericana le regaló un collar natural a Wendy, luego de estar bailando en medio de todos con las canciones de Bohemia Suburbana.
4.     Wendy me dedicó algunas canciones de Juanes. Sin embargo, por enésima vez en la vida, entramos gratis a otro concierto, y un muchachito delgado que cuidaba la entrada nos dijo “  entren a VIP”, así de simple estábamos tomando Extra Light esperando el concierto platicando con unas colombianas. Esa noche me sentí bien por Wendy, y al mismo tiempo por fin entendí las canciones de 950 quetzales cada una.
5.     Wendy podía memorizar números enteros de teléfono. Todo mundo sabía eso. Ella era, por decirlo de alguna forma, la chica más espiritual del mundo que sabía mucho de Platón y Pitágoras sin conocerlos.
6.     Wendy coleccionaba muchos ángeles. Algunas tardes le leí un libro entero sobre los ángeles.  Luego le regalé un angelito de cristal.
7.     Wendy había guiado a muchos y a otros había salvado de morir. Su oído era capaz de prever de que lado llegarían los autos y a que distancia. Además creía en los ángeles y estos nunca le fallaron.
8.     A Wendy le gustaba tener muchos amigos. Pero particularmente secuestraba gente. Una de ellas fue la Geibby. La otra fue Olga. A su mamá me imagino, no más que a su papá, aquello les parecía fuera de lo normal. De alguna forma la presencia de Wendy era súper agradable y era muy buena para guardar secretos.  El otro secuestrado fui yo.
9.     Una noche, un hombre tocó a la puerta. Wendy lo recibió y el hombre le contó que su hijo estaba muy mal y no tenía para comer. No estoy seguro si Wendy acababa de salir del hospital, pero lo cierto es que le llenó una bolsa con víveres, jugos y galletas y se la dio a este señor que no conocía y además le dio diez quetzales.  Esos eran sus milagros.
10.                        Wendy podía ser más feliz que uno en cualquier momento. Pero era tres veces más furiosa que yo. Sin embargo nunca nos peleamos más de unas horas y siempre todo reiniciaba como si nada hubiera pasado.
11.                       Y al final… Wendy era un milagro. Su nombre era en realidad el de la amistad. Los niños del cuento de Peter Pan, solo iban al País del Nunca Jamás al morir, solo por ahí podían entrar, dejaban atrás a los malvados piratas, de esta cuenta, nadie dudaría de que Wendy está en el cielo.  Y como ya todos sabemos, y lo dice en el libro: nada pasa, después de los 12 años que importe mucho.


Lester Oliveros R.
24/feb./2012

viernes, 17 de febrero de 2012

MITOLOGÍA URBANA: REGLAS EN LOS BUSES

He viajado en camioneta todo el tiempo.  Sé de amigos que nunca en su vida se han subido a un bus. Y por experiencia propia sé que existen conductas que hay que conservar y que me gustaría compartir para aquellos que al ver los noticieros o la prensa escrita no entienden de esas premisas.   


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1) Dar el lugar a una anciana (o), mujer embarazada o alguien con alguna discapacidad o en recuperación. 2) Si no alcanzas el tuvo que esta bajo el techo del bus, uno puede sujetarse del tubo en los asientos. 3) No es recomendable en caso de que no haya un asiento, quedarse a la par de la más voluptuosa del dicho automotor, normalmente se nota el ejercicio mental y podría ser escandaloso para quienes van cerca. 4) Los lugares son de dos. 5) En caso de un asalto es mejor no moverse, hay que actuar con calma hasta para guardar algo de dinero en los espacios que hay en los respaldos de los asientos en deterioro. 6) En caso de balazos, si puede, tírese al suelo. 7) Normalmente los asaltantes van en pares, uno va adelante y el otro atrás, es recomendable no oponerse. Si ya vieron lo que uno lleva es mejor entregarlo. 8) Algunas graves matanzas han sido ocasionadas por un señor que, según él, imaginó que podría matar a los dos de un solo tiro. Resulta que se muere él, cuatro o cinco pasajeros y la balacera deja heridos a todos. A los ladrones no les interesa el dinero, les gusta la acción. 9) No olvidar objetos en el bus, es su propia responsabilidad. 10) Es normal ver los buses llenos de calcomanías, tarjetas de amor para el chofer, nombres de mujeres, aromatizantes con forma de arbolito, frases cristianas o el nombre de Jesús, espejos redondos, bocinas en todas partes, banderas de U.S.A. o Brasil, fotos de Messi, bufandas del Barça o del Real Madrid, monogramas de carros de lujo, logotipos de empresas, letreros donde se lee “Si va de prisa, levántese temprano; nuestro trabajo es solo llevarlo a su destino”. 11) El chofer de bus siempre lleva el radio con sus canciones favoritas a todo volumen; su mujer cobrando y un su cuate a grito partido agarrado de donde uno menos se imagina, mientras el bus casi vuela en el asfalto.  12) La gente anda con miedo. 13) El chofer es cómplice y el ayudante ayuda siempre a todo. 14) En una época no tan lejana daban ticket con el valor del viaje impreso. Ahora cobran lo que ellos consideran, tomando en cuenta el sueldo del ayudante y el impuesto de las mafias. 15) Los empresarios del transporte nunca pierden, nunca indemnizan a ninguno y jamás han pensado en mejorar el transporte. 16) Es normal ver que se suba un predicador y empiece a regañar a los usuarios y luego la gente le da una moneda para que siga su peregrinaje. 17) En algunos trayectos como la Petapa o la Roosevelt se suben vendedores de todo y uno puede ir oyendo sus discursos. Algunos son verdaderos oradores; les he comprado a algunos por su persuasión. 18) Los buses y todas sus extravagancias van a pasar de moda y terminaran siendo pura mitología urbana. 19) El transporte urbano es una improvisada forma de deporte extremo y de observación de las sociedades. 20) No se asuste si al lado le pregunta su nombre, el amor en los buses también es un cuento universal. 


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viernes, 10 de febrero de 2012

DIXIE


Con nombre de músico de Jazz, un nombre que mi hermana le compuso. Era pequeña y juguetona. Tonta y cariñosa. Yo me encargué por un tiempo de sacarla a pasear a un campo en la parte de atrás de la casa. Al salir de estudiar la llevaba, un poco con la excusa de pasearla y pasearme a mi mismo, al punto que caía la tarde en medio de la noche.
Me gustaban los gatos. Mi primera mascota había sido un gato amarillo gigante de ojos transparentes y cola caleidoscópica. Leía un libro de esoterismo y por las tardes me empeñaba en verlo a los ojos como si quisiera adivinar lo que presentía. Luego mi madre lo regaló, porque decía que cada vez me miraba más flaco, por darle mi leche por debajo de la mesa. Pero mi cariño por esta perra Cocker Spaniel fue en especial por que no era solamente eso que todos miraban, sino era además una gata transmigrada a saber desde que remotos injertos. Además era una perra dragón, es decir, llevaba en la sangre algo de serpiente emplumada. Entonces, era una perra gatuna y a la vez tenía la chispa de un dragón de fuego. En el tiempo que tuve que ir a trabajar a Antigua Guatemala me la llevé por dos meses. Muchas veces regresaba extenuada por mis largas caminatas por el volcán de Agua o algunos pueblos de los alrededores. También estuvo en la presentación del libro de Rafael Romero, muy quieta escuchando mis carcajadas ante el libro carnaval de este gran camarada. 
Ahora la Dixie anda en otro viaje. Uno que tuvo que hacer sola, pero de vez en cuando la veo en las nubes mordiéndose la cola, ladrando.  
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lunes, 6 de febrero de 2012

POEMAS PARA LEER SIN PUBLICO


El aspecto es sólo polvo,
Debe ser obedecido.
Kerouac



Una mañana una maestra llegó a la biblioteca con una niña que se resistía a entrar. La maestra, luego de dejar a la pequeña sentada en una de las pequeñas mesas del fondo, me contó la historia. La niña tenía un mal comportamiento. La voltee a ver y me retó con la mirada. La maestra se fue y me acerqué a ella. Vi que había estado llorando. No era más que una niña de 5 años. Me recordé de la primera vez que mi madre me dejó al cuidado de una maestra en el Jardín Infantil. Esa tarde salí con el labio roto por una patada. Empecé a darme cuenta que la vida es otra cosa en la calle, o mejor dicho, en la calle se junta el infortunio que le da cuerpo a la muerte.
La niña me miraba hablarle de juegos y libros para colorear. Me tomó confianza. Hasta que me dijo, llorando de nuevo, que se quería morir. Le pregunté el por qué y me dijo que su mamá le había dicho que no la quería.
Pasé un momento reflexionando sobre lo que me dijo. Toda la rebeldía que había visto ya en varios niños estaba ahí ahora. Una historia similar había vivido el esposo de mi prima, al oír que el hijo de seis años de la vecina se quería matar, porque la madre desempleada no le podía a celebrar el cumpleaños.
- Los niños de ahora se quieren morir –repitió.
- Algo está muy mal en todo esto –dije.
- Los niños se quieren morir al ver como esta el mundo –dijo.
- La repetición de patrones hasta el cansancio, gente parecida con rostros parecidos, la falta de solidaridad, el egoísmo de los grandes que copian sus hijos, el miedo que copian sus hijos y aprenden a reproducir –dije.
- Los niños son inocentes.
- Todos somos victimas del sistema de repetición -respondí.
Reconozco que, lejos de la sensibilidad barata, está es una alarma. Los niños de antes se mataban a los 27 años. Los de ahora, al no más abrir los ojos.
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martes, 31 de enero de 2012

BOTON DE PÁNICO

Charlie Parker looked like Buddha
Charlie Parker, who recently died
Laughing at a juggler on the TV
After weeks of strain and sickness,
Was called the Perfect Musician.

La existencia es pura imaginación. Todo esto que sucede en tiempo real y en alta resolución. Es la vida. Una y eterna. Irrepetible. Abre tus brazos, mueve las manos hacía el cielo, sonríe. Estoy temiendo no poder soltar la risa está tarde última del mes de enero. Estoy feliz. He descubierto la frase que me gusta hilvanar. Soy un tejedor que cuenta un sueño lleno de osos hambrientos. Soy un feliz cazador de animales que piensa en una mujer ideal que se va transparentando con forme deviene en humo. Es mítica y en alta fidelidad. Ahora muevo mi cabeza hacía el otro lado y veo esos árboles que anuncian otra noche entre la danza. Hace unos años caminábamos por estas calles y no podíamos hacer el amor más en hotelitos. Ahora ya nadie me saluda, pero te siento acá, tú con tu sonrisa invencible, hablando de todo y sonriéndole al mundo aunque no lo pudieras ver. Todo lo demás es pánico. Está ese botón rojo en todas las calles y avenidas, como un signo de que lo único que me dejaste bueno fue tu memoria. Ahora habrá que declararse un fracaso para siempre. Dentro de esos buses que van y regresan por toda esta ciudad gris.  
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http://img94.imageshack.us
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miércoles, 25 de enero de 2012

OLVIDO DE LA LENGUA

Me concentré verdaderamente día y noche
en este aspecto tan reducido: componer,
interpretar, corregir y publicar mis partituras.
Y para mí fue una elección acertada. No puedo
dar consejos generales, ya que si no sigues lo
que tienes dentro, no harás nada. De modo que hay
que seguir lo que sientes dentro de ti y nada más.
Stockhausen, hablando con Bjork.

Ahora quisiera contar de cuando tuve un periodo de esas locuras musicales por andar descalzo. Me gustaba. Creo que ebrio era realmente consiente de mi necesidad de quitarme los zapatos y lanzarlos de una buena vez fuera de todo. La primera ocasión creo que fue en 4º Grados Norte, andaba con unos Kickers, esa marca transgeneracional. Despertamos con una amiga acostados frente a VinoCultura, yo sin zapatos, con mis lentes oscuros y mis calcetines sucios de tanto caminar descalzo buscando cerveza. Era una maravilla ver a dos guardias de seguridad cuidándonos el sueño.
La gana de andar descalzo, no lo sabía entonces, venía de un pasado mucho más próximo en mis venas, mi corazón de tun, mis manos de animal con cola, esos ojazos de ella queriendo verme correr entre el lodo y echarme tierra en la cabeza. Era nuestro juego. Los zapatos era un estorbo. Así fue como una madrugada me subí a una camioneta a la Antigua y llegué a una iglesia perdida entre volcanes, con los pies descalzos como yo, un Padre me miro y me dio de beber agua bendita. Luego regresé así descalzo, viendo por el camino a muchos chicos como yo riéndose cada vez que saltaba sobre las piedras. La resaca final fue la perdida asimilada de mi inocencia descalza.
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lunes, 23 de enero de 2012

Teoría de las Curvas

El jueves pasado asistí a una secreta celebración cultural. Quería visitar la exposición de Juan Francisco Tun, que por alguna súper-idea mediática iba estar en el espacio de la Galería Ultravioleta tan solo por dos horas.  Del pintor tenía la referencia por una entrevista a Ramírez Amaya, en la que el comenta que Tun era un delincuente en el sentido más insurrecto del arte, un criminal. En sus pinturas lo que se respira es la sencillez de la memoria colectiva, los momentos del infantil comienzo del mundo. Tres o cuatro gentes caminando entre la tierra dejando sus huellas, sus pisadas juntas, las arterias, esos trazos que luego Tun hará caminos. Es el génesis en geometría, el balance de la forma, la armonía de la gente. Hay una escena de un hombre con un cigarro más grande que su mano, un volcán que corta el cielo, un cielo que marca el ruido del espacio.
La curva de acontecimientos me llevó a pensar en tanto círculo. En Excéntrico las probabilidades aritméticas de Jazmin Hage. Curvas de erotismo matemático. Trazos de una violencia ingenua y personal. Autorretratos. En correos el pintor Luis Gordillo, un pintor que no había oído, del que terminé hablando, como si lo conociera, con un ferrocarrilero que entró de improviso a ver arte.
Uno podía ir del edificio de correos al Bar Central, y luego subir conversando de todo, saludando viejos amigos, hasta Ultravioleta. Fue un momento que no se repetirá. Una curva de un cometa. 
-Foto. http://28.media.tumblr.com
- Arnoldo Ramírez Amaya habla de Tun.

miércoles, 18 de enero de 2012

Le jeune chien


Chiot mangé le papier beaucoup plus de tomber dans sa bouche. Ainsi, les gens ont dit qu'il a été appris ou pourrait être un écrivain. Il aimait à lire la Bible dans la nuit et puis quelqu'un a dit qu'il pourrait devenir un prédicateur. Sans doute pas un pour donner un groupe de gens pour leur enseigner le Nouveau Testament. Aboyaient toute la nuit depuis la terrasse, l'évangélisation. Un après-midi elle a couru à la recherche de son destin, il y avait ceux qui disaient que ce serait un cas désespéré, un apostat. Tous les matins, il s'est rendu compte que les autres le reconnaissent comme un chien-guide et il le frappa, parce qu'alors je ne savais rien sur le genre de chien, ou de leur nature. Quoi qu'il en soit tenté de mener un couple de chiens beaucoup plus vieux et cigarettes fumées se sentir plus libre de la pensée.Il a rapidement trouvé un chien qui l'a conduit vers le centre de la ville et s'assit à regarder des films en face des rayons de ces magasins. Oubliez les livres et le confort de la maison. Il connaissait un mode de vie. Puis il a remarqué la violence, l'itinérance et jouer. Il a commencé à boire pour tuer le temps.Dans les tavernes anciennes ont vu les alligators dormir au mauvais moment. Les coyotes et les loups trouvés cachés de la loi. Il a vu les animaux tristes et d'autres parlent sans nom en danger pour de longues années de sa condition d'anonymat. Il a vu la mort en face.Jusqu'au jour où une annonce tirée d'un vieux journaux en cherchant un bon journaliste, l'a encouragé. Il est allé à l'adresse et l'étonnement a grandi quand il a vu un pingouin demandons vos coordonnées et poser des questions sur leur expérience dans l'écriture. Réalisation mensonge et obtenu le poste. Il était vêtu d'un costume et j'ai appris a devenir la cravate. Ses chaussures brillait et maintenant, pour quelque raison commencé à dévorer les livres de nouveau. Ne lisez pas, Hart littéralement le secret de son département. Il a appris à entrer dans un compte en banque et a fait un emprunt pour acheter une maison et le jardin. Pour la seule chose qui l'intéressait était le jardin.Il a été quelques années plus tard quand j'ai enfin su ce qui allait être l'amour de sa vie. L'enfant a fini par être le chanceux pingouin, heureux et s'est empressé de la paperasse pour votre mariage. Un mois plus tard, il a célébré à sa promotion à la gestion du journal. Son père lui tapa sur le bord de la piscine où il a sombré avec ses petits-enfants. Et oui, le chiot était devenu une race de chien, une industrie qui maintenant, seulement maintenant pensant peut-être je pourrais aller acheter un animal de compagnie.


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Traducción Google de un texto en proceso.



viernes, 13 de enero de 2012

IMAGINACIÓN Y CREACIÓN POÉTICA

El sol radiante le quemó los ojos. Estaba ahí parada viendo directamente al sol, sin pestañar. Le gustaba ver el aro incandescente y como sus ojos toleraban el fuego brillante hasta que miraba solamente un aro blanco definitivo que la cegaba por unos minutos para ver lo demás del mundo. Era natural que sonriera. Le gustaba todo lo que pasaba en el cielo.
Habana tenía solamente siete años. A los siete años encontró divertido coleccionar arañas, hormigas y pequeños escarabajos en el gran sitio donde vivían en cada cuarto diferentes familias. Se divertía viendo las diferentes formas de las nubes y también miraba atenta, tirada sobre el suelo, los grupos de zopilotes hacer y deshacer triángulos imaginarios. Era curiosa, mucho más curiosa que ninguno de los que había conocido en las escuelas donde trabaje por años. Por eso le prestaba libros de aventuras que leía con un gusto de otro mundo, en cualquier lugar.
La encontraba a veces sentada en la puerta de su cuarto, bajo el aguacatal, en la calle, mientras los demás jugaban a la pelota o las mujeres iban por el pan y se quedaban hablando en las esquinas como perdiendo el tiempo. Me devolvía los libros en una semana y me miraba con su carita de poeta, buscar otro libro en mi desordenado cuarto. Le había prestado los clásicos juveniles desde José Milla hasta Julio Verne. Pero una tarde que llegó a devolverme Corazón de Edmundo D´amicis, tenía a la mano Crimen y Castigo de Fedor Doestoievsky, de pasta dura y con la buena suerte de ser el libro donde había encontrado un billete de diez dólares luego de comprarlo por nada en una venta de libros usados.
Me quedé tratando de leer de nuevo Las Venas abiertas de América Latina, imaginando a Galeano escribir con sus manos largas y su cara de arcángel. Vi para la ventana de Habana y había una luz al ras del suelo que salía por la puerta. Estaba leyendo y ya eran más de las diez. Se podía oír todavía el martillo del zapatero y más allá, unos gemidos furiosos de una pareja de novios que acababan de empezar a vivir solos. Había leído Crimen y Castigo de joven, pero lo había leído por episodios. Por alguna razón perdía siempre el ejemplar. Lo perdí siete veces. Hasta que un compañero de clase me facilitó una copia de su padre. Era un ejemplar muy viejo que además tenía una parte de los Hermanos Karamazov. Esos recuerdos me gustaban muchísimo porque podía imaginar el gozo interior que Habana estaría sintiendo al imaginar, con su capacidad imaginaria, de nuevo al viejo personaje de un Doestoievsky enterrado en algún lugar de Rusia.
Oí pasos cautelosos, pero ya sabía que había una mujer y su hijo grande que robaban de los costales que muchos comerciantes guardaban en el suelo del terreno. La mujer era simple, con un carácter mundano y parecía no darle importancia al hecho de vender a sus hijos, o eso era lo que oíamos de la gente, y la verdad si la habíamos visto embarazada un año antes y luego, en los meses que pudo estar en el hospital, sabíamos que su hijo robaba para vivir. Hasta que la vimos llegar sonriente, pero sin hijo. Sonriente, con una bolsa gigante donde llevaba pan y víveres, entonces las mujeres que se paraban en las esquinas por la tarde empezaron a comentar que una mujer a la que se le muere un hijo no vive feliz como ella, y que tal vez no era cierto. Era lo más seguro, que su hijo hubiera muerto en la cesárea. Me acordaba entonces que debía empezar a documentarme para escribir la biografía de un adinerado doctor de 70 años que se había encontrado pintando, unos años antes unos paisajes dementes en un prestigioso sanatorio. La familia me iba pagar muy bien por retratarlo como un genio.
Salí a fumar para que la mujer y su hijo pudieran irse a dormir con la imposibilidad de seguir sacando cebollas, huevos y aguacates de los costales. La noche era oscura y se podían ver las estrellas enajenadas por la innumerable bastedad del cielo. De pronto sentí que me alumbraron con una linterna.
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http://www.celtiberia.net

sábado, 7 de enero de 2012

El A, B, C de la lectura

Luego de mucho caminar por el campo o la ciudad, X cree que es tiempo de leer algo. X es un lector agudo y se entretiene por mucho tiempo en esa búsqueda de libros emocionantes, pero aún con todos esos adjetivos el piensa que un libro es un juguete para mayores, un ready made dadaísta. Así que hoy lo hemos encontrado con una fila de pan, unos embutidos, refresco y un libro nuevo para empezar una tarde en tanto que el viento sopla como si quisiera arrancar los árboles. Por fortuna en aquella vegetación hay un alto muro que mitiga las envestidas. X ve la portada del libro y piensa rápidamente en leer el final. Luego de tan atrevida hazaña piensa en todas las formas diferentes en que ha leído un libro. El primero de sus recuerdos lo avienta a un cuarto de hotel, que en realidad es la casa de sus padres, en el que lee El Decameron riéndose feliz, con una acompañante que goza de esa lectura interrumpida con altas carcajadas, una mañana de algún mes del año. X piensa de pronto en lo bien que suena leer un cuento, un buen relato de algún norteamericano de los años 20, alguno de esos muchachos que escribían poemas grotescos para algún periódico alemán y encima se acostaban con mujeres que les toleraban el hambre y las ganas de ir a Michigan de vez en cuando. X recuerda las manchas de café en varios libros. Era su firma. Ha perdido muchos libros y ha regalado otros tantos manchados con café y eso es gracioso. La lectura de un cuento, piensa X, debiera ser como un acto de amor en plena historia. Trata de gozar ese momento de la muerte en la que unos instantes antes, que podrían ser siglos, su vida pasé lentamente y en esa sala personal donde lo juzgue un buen Dios con los pies sobre las butacas, el pueda volver a sentir la felicidad de leer en esos cafés o restaurantes, libros emocionantes en los que siempre asentía como si ellos le fueran dictando la eternidad de las cosas. Ese Dios con poporopos y cocacola, le hablará de la Biblia. Bromearan mientras pasa su vida en esa gran, inmensa, infinita pantalla IMAX en la que Dios le ira diciendo sus faltas con una voz grave, mientras el le roba palomitas de maíz en una distracción en la que el busque algo en el otro asiento y saqué un libro negro en el que rebuscara tu nombre precisamente. Tu tendrás alguna frase celebre como siempre y dirás que todos saben el nombre que les pusieron, pero no el que tienen de verdad y el dirá que es cierto, mientras oyes tu nombre nuevo, el único nombre que tuviste todos esos años que te gritaban ¡inútil vaya por las tortillas! Y entonces, veras los créditos de esa inconmensurable película. Y eso será lo último que leas. 

sábado, 31 de diciembre de 2011

A PROPOSITO DE LIMBO


Kareoke a lo Javier Payeras
a proposito de la lectura de Limbo.


No encajo acá.  Soy como un juego de Tetris en el que mi fórmula fracasa.   He hecho como propósito ya no hacer más cálculos.   Nada es exacto acá. Esta tierra de nadie cobra vida y su lengua urbana me sumerge. Hay bocas y rostros próximos y aproximándose. Todo es como descrito desde un computador. Hay un patrón de diseño en el que yo soy un virus. Una fórmula que no se contagia de normalidad. Hay una imperfección que respiro en todo. Guatemala es una falla prolongada. No me siento bien acá y siento que nadie entiende mi código, sin embargo pude hacer esto y aquello. Puedo sin embargo proponer y hacer algo. Todo esta ahí la más profunda esperanza que recojo de los ojos de los sobrevivientes   y  la más intensa apatía que releo en los libros de mis amigos. Todo sea para despertar o para seguir durmiendo ese sueño Itaca. Cada palabra acá debiera ser una bomba. No creo en gobiernos redentores. Es paradójico que un gobierno militar reciba el dos mil doce. Es  paradójico y parece  un problema de la Matrix esa simulación simultánea de paz  y su promoción en un ambiente donde los cohetillos son el rumor de guerras internas. Los hogares se desintegran ante el televisor. Vengo oyendo desde hace años un deseo de eternidades.  There I go. Pienso en irme.  Gozar de plena invisibilidad. Irme de  todas las redes sociales. Imaginar un país arriba de este.  Estamos en un limbo donde la clase alta produce  vallas panorámicas para promocionarse y la clase baja hace todo lo posible por arrastrar a la clase media al miedo. Toma todo. Es una perinola que avienta un ser descomunal desde otro continente. Todos ponen. Es una perinola gigante que en un momento a otro caerá. Nadie tiene rostro  humano.
No encajo acá, ya no es  posible. Estoy prendido de un hilo a la memoria. Imagino que la intención del niño que fui hace años era estar volando a estas alturas. También recuerdo la fotografía de fin de año en casa. Mi madre  contrato a un fotógrafo y nos paró a los cuatro sobre la cama. Me obligó a sonreírle a la cámara. Odio Facebook hoy. El 14 de enero del 2012 es el fin del  mundo y la ciudad sera por fin un lugar seguro, un lugar correcto, un espacio  ideal para un insecto.
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http://s1.ecetia.com
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La autoridad de la barbarie

Me ha parado la policía: ¿Documento de identificación? No lo traigo, respondo. (Los dos oficiales muy serios), uno de ellos alza un cuader...