martes, 20 de abril de 2010

PROLOGO ALTERNO AL LIBRO ESCRIBIENDO CON TOURETTE DE RENATO BIANCHI


Breve reseña y presentación de
Escribiendo con Tourette
Prólogo al libro de Renato Biachi.

La risa. No sé en que momento el hombre se rio por primera vez, pero debió ser algo por la palabra. El código de Hammurabí fue necesario supongo, junto con el conocimiento de los sonidos para dar a luz un significado. El juego verbal, gran invento de los dioses niños que fueron llamados poetas. Empiezo con eso este breve prólogo: la risa y el juego en la escritura de Renato Bianchi con ayuda de la editorial Palo de Hormigo dieron a luz Escribiendo con Tourette, un libro que se parece mucho a un disco y un disco que se parece más a un libro; ustedes entenderán al tenerlo en sus manos. Es una miscelánea de narrativa y poesía girando en un libro entretenido por su parecido también con una caja de Pandora. Algunos títulos tienen nombres de canciones, y en la portada esta escrito, y no es broma “Parental Advisory Explicit Writing”. Recuerdo ya hace un tiempo, la explosión de textos como el Libro Negro de Estuardo Prado, con títulos escandalosos en aquel entonces: El Mundo Visto desde el Hoyo del Culo, o Epifania Travestí, aunque tengo que anotar que el libro de Bianchi si bien hace mención de lo escatológico, la ironía, la irreverencia y el sarcasmo, también es un libro con un sutil contenido de ternura y visiones infantiles, es decir en Bianchi abunda el buen humor. Me gustaría comentar por ejemplo que en el libro de Renato esta uno de los más bellos poemas hacía la vagina. Un divertimento como el de querer escribir el sentido de la vida y dejar la hoja en blanco. Un texto a una ex –novia, con media página de una sola palabra repetida: puta.
La música es el feeling. Recuerdo que hace rato leí por ahí, que Carlos Fuentes escribió Tierra Nostra con un solo dedo y con los Beatles a todo volumen. Pablo Bromo escribió Arbitraria Muchedumbre con una incontenible fiebre musical, una lista de grupos que no cabían en una hoja tamaño carta, grupos tanto ingleses, como norteamericanos, sudamericanos y de una temática bastante punk o progresiva. En Biachí flota el heavy metal, los Beatles, el ambiente se carga con el texto de unos cerdos que entran a comerse a los comensales como esa frase que reza que hay que empezar a contar cuando el hombre muerde al perro y no al revés, es el tiempo presente de las contradicciones al asomarse a la puerta de la calle, o en la incomprensión de la adolescencia cuando no se sabe nada, y con esa ignorancia gentil, graciosa, de ese mundo con menos marketing, de los fluidos de la ingenuidad nacen textos tan espontáneos como los poemas o los cuentos de Renato. Javier Payeras, me dijo alguna vez que me peleara con todo para escribir con convicción, un agente del mal o una frase para tomarla como la mejor de las armas para motivarse a escribir en una ciudad como Guatemala donde una tercera parte de la poblacion lee 2 libros al año, la otra tercera parte carga una Reina Valera bajo el brazo todos los domingos, y un puño de gente imaginaria lee la Prensa Libre y se lo cree todo. ¿Qué motiva a los escritores de ahora a redactar un cuento, a terminar un poema? La misma marginación. Sin embargo eso los salva de la apatía común, sobreviviendo entre la música gringa, los performances europeos y el aburrimiento. En Escribiendo con Tourett, los atrevimientos y ejercicios de rabia o felicidad que se puedan atribuir al libro por lectores promedio, no son plenamente culpa de Bianchi, si podemos catalogar como culpa el poder decir más de trescientas veces puta en una página, o contar sin reservas una escena en un motel, todo depende del cristal con que se lea. Imagino que Escribiendo con Tourett encontrara su público, por que además la obra de Renato Bianchi, es lo que se oye en la calle, lo que se imagina el guatemalteco, es innegable que alguien no imagine en el futuro ciudades Tourett de clase media desahogándose de la perturbación del entorno; pero al mismo tiempo, toda la felicidad aséptica no es suficiente sólo para unos cuantos, cuando todos los demás braman bajo las llantas. La risa, el juego, sólo es un recurso que hace digerible esa realidad alterna. Breth Easton Ellis escribió American Psycho para no matar a nadie, lo mismo hizo Palaniuk con Fight Club, la literatura en todo caso es lo mejor que se ha inventado para defenderse contra el infortunio, el real o imaginario. Como invita el libro en su primera página, el prólogo lo puedes escribir tu mismo.

Escribiendo con Tourette
Editorial Palo de Hormigo
Renato Bianchi
Sera nuevamente presentado el día 6 de Mayo/2010
por Mariano Cantoral y Léster Oliveros (lector del Marquez de Sade y de Bocaccio)

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