MAKESTARS!
Y te sentí tan lejana,
mas allá de mi alma
y estabas en silencio como una estrella al límite del sol,
tan callada como una lejana montaña.
y fui en busca de tí a todas las regiones,
y aún allá donde reina la soledad.
Y te busque más que nada en mí mismo,
en mis sueños, la muerte,
y encontré tantas mujeres idénticas que se llevaban
hasta mis velas, caminando por corredores recónditos,
con todo y sus bellos cuerpos de mármol
con todo y sus enormes corazones de plata
que mostraban en las fiestas,
así, se iban,
con sus ojos de egipcias, con sus caderas de ónice y sus
pechos de jaspe,
sus piernas tatuadas de nombres y pequeños cupidos
diciendo esas viejas palabras de amor que ya no
usaba nadie.
Pero tu no eras así, como ellas,
eras nueva como el misterio, como la palabra
que descombra lo cotidiano.
Apareciste acá como cualquiera que me pregunta
la hora a plena calle
con tus mismas manos tiernas,
y tú grito fulgurante,
tus pies descalzos
tu cuerpo secreto como divino,
toda tú envuelta en versos,
volviste a mí en el poema.
viernes, 20 de julio de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
La autoridad de la barbarie
Me ha parado la policía: ¿Documento de identificación? No lo traigo, respondo. (Los dos oficiales muy serios), uno de ellos alza un cuader...
-
Entrevista a Patrick Suskind. No vio su bonito rostro salpicado de pecas, los labios rojos, los grandes ojos verdes y centelleante...
-
Esas sombras desaparecen en mi cuento sin personajes. A.Marre La casa de tres pisos, angosta y blanca como si la acabaran de construir, tran...
-
La memoria de las flores: Ángel Solano Siempre que uno ignore por lo menos un poco el cliché de entrar a una galería, que uno inocente...
No hay comentarios:
Publicar un comentario